Zaratustra, el nuevo reto de Rigoberto Saráchaga


Saludos filosóficos calaveras citadinas.


Desde las callejuelas olvidadas del sur de la ciudad llega una puesta en escena casi medio siglo después de su montaje original a la ciudad de México.



Por G Hurley Santos

Zaratustra escrita por Alejandro Jodorowsky, el psicomago tarotista de la new age e innegable artista cuasi caduco en su ejecución. Un hombre que en su etapa más creativa nos regaló obras de arte tan bellas y provocadoras como Fando y Lis, El juego que todos jugamos, El loro de las siete lenguas, El incal o Albina y los hombres perro, sólo por mencionar algunas, pues la obra de este hombre es tan voluminosa y diversa que deja testimonio claro de la genialidad del hombre que se ha reinventado a sí mismo tantas veces como ha puesto una letra en un papel.

Y ¿por qué mencionar tanto y con tanto ahínco a este personaje dirán ustedes?

La respuesta es simple y un poco provocadora, Jodorowsky vende. Ya sea por la controversia que genera con cada declaración que desencaja a más de uno o por la genialidad de algunas de sus obras en cualquier formato, cine, teatro, literatura o hasta comics. Es innegable que el nombre por sí solo ofrece una marca publicitaria rentable a distintos niveles.

En esta ocasión es Open Spot Producciones quienes con la dirección de Rigo Saráchaga asumen el reto de montar una de las obras emblemáticas de la historia del teatro mexicano. Zaratustra, basada en la obra de otro monstruo de la literatura universal, el rockstar de los filósofos Friedrich Wilhelm Nietzsche.


Así que recapitulemos…

De la icónica Así habló Zaratustra al zaratustra de Jodorowsky y hasta el recuerdo más reciente de Los chicos de los ochenta de Saráchaga (obra que usaré como parámetro solamente) Tenemos frente a nosotros lo que supondría una apuesta segura de éxito, pero…

Ya he nombrado dos apellidos con tanto peso que por sí solos ya venden y mucho. Sin embargo ¿dónde acomodaremos a Saráchaga y su talentoso elenco?

Supongo que esa pregunta y la respuesta a la misma es lo más importante en esta apuesta que se ha ganado probablemente antes de jugarse. Pues nos encontramos ante un joven director talentosísimo y multidisciplinario que ha probado su calidad en más de una ocasión, con un elenco que en su fragmento de muestra a la prensa me ha dejado un muy buen sabor de boca y unas ganas desesperantes por estar en el estreno.

Y es que si bien la obra de teatro es lo que realmente atañe a esta nota, no podemos dejar de lado el contexto en el que se desarrolla, en un teatro como el Enrique Lizalde, que a las pestíferas voces de algunos miembros de la crítica y otros más del círculo de teatreros en México está en “decadencia y muy cercano a su desaparición” y que en mi nada humilde opinión no es más que un malintencionado rumor, así y todo no podemos negar que es uno de los teatros que ha sufrido un poco del abandono de la audiencia por etapas, pero que sin lugar a dudas le apuesta a una obra que de no resucitar a su máximo nivel podríamos estar hablando de un fracaso.

Acudí a esta rueda de prensa como siempre lo hago a todo evento social, ponencia, taller, producción o hasta tertulia. Empuñando mi bandera de no rendir pleitesía al primer brillo de talento que se asome frente a mí. Acudí dubitativo, escéptico y ¿por qué no decirlo? transgresor. Pues creo en la incomodidad y en lo que esta arroja desde sus entrañas al mundo policromático que se proyecta frente a nosotros por siempre y para nunca.


¿Mi resolutivo?

Hambre…

Hambre de ver la obra, hambre de conocer el resultado y hambre del éxito de estos colegas, esta gente de teatro que me motiva, inspira y estimula.

Aún es muy pronto para conocer el desenlace de esta historia; sin embargo, algo que me queda claro es que Zaratustra será todo un desafío, no sólo para la compañía y su director, el teatro o la empresa que nos la ofrece. Creo fervientemente que está puesta en escena es un desafío para la audiencia, para una nueva generación que debe conocerla para los artistas ejecutantes y para la memoria social que implantarán en la psique de una generación con hambre al parecer de una sola cosa, velocidad.

He aquí el desafío, pues ni Nietzche ni Jodorosky son productores de obras rápidas ni directas.

Y este desafió, afortunadamente, es encarado por gente de teatro con gran talento, Saráchaga que ya ha deslumbrado en más de una ocasión, Daniela Luján que en el ámbito comercial siempre se ha mantenido en la mira desde su niñez, un elenco realmente prometedor con voces increíbles y que impresionan al enfrentarse con la realidad de que cantan bien y actúan bien, una combinación ganadora si se pretende montar un musical tan popular como recordado. También la asistente de dirección, Tanya Selmen a quien personalmente conozco y no tengo dudas de su talento y capacidad.

No queda más que esperar a que llegue el 25 de agosto, no queda más que esperar el resultado y la evolución del proyecto, no queda más que disfrutar a estos jóvenes que ofrecen su alma encarnando los papeles que probablemente les lleven al estrellato o bien sean una de las piedras angulares del resto de sus carreras que a la distancia brillan promisorias.

Teatro Coyoacán Enrique Lizalde del 25 de agosto al 19 de noviembre, no se la pierdan y les dejo una amenaza: Una vez se estrene la obra estaré ahí para analizarla desde mi óptica personal, para disfrutarla como público amante del teatro y para aplaudirla si así lo merece.

Por ahora esto es todo calaveras citadinas, y me despido no sin antes molestarlos, ¿Ya han leído Así habló Zaratustra?

Si tu respuesta es no, no pasa nada, es buen momento para que lo hagas.

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